lunes, 6 de junio de 2011

One prince?

Había una vez, hace mucho, mucho tiempo, un apuesto príncipe, que estaba enamorado de una bella princesa encerrada en la torre más alta de un castillo. Un día, el valeroso príncipe se enfrento al temible dragón gigante que custodiaba la puerta principal del castillo .Con la ayuda de su espada tan guay, lo mato, rescato la princesa, se besaron, se casaron, y vivieron felices para siempre. Pero… como hemos podido creernos semejante trola? No la de que hubieran dragones y eso, sino la parte de “y vivieron felices para siempre…” Menuda tontería, eso es prácticamente misión imposible. Esas palabras se repelen entre ellas por mucho que las quieras juntar. Los príncipes azules son invenciones de Disney, que nos ha engañado a las niñas durante toda nuestra vida haciéndonos creer que llegara el tío perfecto para nosotras, y estará junto a nosotras siempre. Menos mal que cuando tienes sentido común te das cuenta de que no es así, sino viviríamos toda la vida esperando algo que no va a llegar. Tú tienes que colorear a tu príncipe del color que a ti mas te guste, del que más le pegue. Pero sabes qué pasa? Que por mucho que tengas un tipo de color elegido, y con todos los príncipes que hay, siempre acaba gustándote con el que nunca te hubieras imaginado. Si, el típico principito cool, o el príncipe del barrio, o ese que se dedica a amargarte, no tiene otra cosa que hacer con su vida? No. Todo esto tiene su razón, llamada comúnmente sentimiento, eso que hace que de repente aparezca un nombre en tu cabeza, en plan subtitulo de peli. Algo como una canción, que tiene play, pero es que no eres capaz de encontrar el botón de pause ,o no mas bien no quieres encontrarlo. Algo cuyo origen todavía se desconoce, aunque parece venir directamente de lo más profundo de nuestra excitación hormonal. Algo que te deja todo el día como si estuvieras completamente drogada de gilipollez, como si te hubieran dado el gas de la risa tonta. Algo, que es aparecer, y hacer que todo lo que hay a nuestro alrededor se convierta en un criterio inválido. La belleza. Mira, por mucho que sea un trol de mordor, va a parecerte la persona más guapa del mundo. Inteligencia. Vamos a ver… desde cuando nos gusta a las chicas que nos hablen de mecánica cuántica?. Tema de conversación. Ya nos pueden hablar de todos los niveles que tiene el call of duty o de todas sus lesiones que ha tenido en los partidos de futbol, que nos va a parecer lo más interesante del mundo. Por qué? Porque lo cuenta el, si te lo cuenta tu amigo, le mandas a la mierda por pesao. Lo que diga la gente. Esto es gracioso… si… tus amigas siempre te dirán “olvídate, que no vale la pena” y tú piensas “me la suda” o tu madre… “Que no estudia, no hace nada “pero… “ Tu eres licenciada en Harbar o qué? Cada gesto, se amplía al máximo, vale sí, en realidad lo exageramos todo. Una sonrisa, no es una sonrisa cualquiera, te sonríen tus amigas, bien, te sonríe él, te tiemblan hasta las ideas. Esas miradas que evitas ...y que haces? Mirar al techo como si fuera muy interesante. Pero, en cambio aparecen otros dos sentimientos un tanto molestos: la vergüenza, y el orgullo.¿ Como vas a conseguir algo, si intentas acercarte y cuando lo ves te da por girarte automáticamente? Es como una marcha de un coche, vista del objetivo, marcha atrás. Pero no, yo no quiero frenar. El orgullo. A, pues si él no me dice nada, no pienso hablarle. Muy bien, sigue así, y lo único que vas a conseguir va a ser quedarte sola.Como dicen, si no arriesgas, no ganas.

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